Hoy, cuando fuí para el centro, alrededor de las 9.30 am. me extrañó ver tres cuadras de cola de gente a las que, notoriamente, los perfilaba la indigencia. Eran ellos: padres, hijos, mujeres, lactantes, ancianos, hermanos . Pregunté, entonces, el motivo de tolerar, allí, semejante tortura: bajo la inclemencia del sol, 30º de temperatura.
Había quienes se protegían, como islas en un mar de fuego, bajo las escuetas sombras de los árboles que intentan sobrevivir en una avenida plagada de gases tóxicos. Igual que ellos. Otros usaban unas cajas de cartón parapetándose, por lo menos, de los rayos en las cabezas
A mi pregunta el colectivero respondió que formaban, así, para recibir los planes trabajar que, si mal no recuerdo, son una miseria monetaria que solo daría para una compra de almacén de una familia tipo con la cual comer tres o cuatro días. El resto a la buena de Dios.
Cuando regresé desandando el trayecto, allí estaba la misma cola, eran las 16 pm. El sol arreciaba, ya venía pisando los 34º.
No tengo vocablos que hablen de mi tristeza, de mi indignación.
Me extraña que con un gobierno que tiene como uno de los tres pilares de su ideología a la justicia social, se sigan viendo estas escenas: Los desclasados en la calle durmiendo al reparo de los escaparates donde todo lo que a ellos les urge, se expone impúdicamente tras inaccesibles cortinas de hierro. Blindadas transparencias.
Cruel paradoja la miserable subsistencia, para ellos todo se halla blindado e inaccesible, es decir: prohibido... hasta el punto de tener una existencia que, desde cualquier punto de vista, resulta imposible llamarla: una vida.
Adrián Dorado
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4 comentarios:
Hay hambre en la Argentina.
Hay hambre en Espña.
Hay hambre en el mundo.
Demasiada hambre.
Demasiada hambre.
Demasiada hambre.
Demasiada hambre.
Y algunos, como si fuera el mayor de los insultos (y no es irónica mi mirada, lo juro, sino llena de lágrimas) tienen que hacer dieta, porque antes comieron lo suyo y lo de los otros.
Y en Espña, por lo menos, no sé en La Argentina, los contenedores de basura reciben pan intacto, bocadillos apenas mordisqueados, platos prefabricados que no han cadacuado...
El mundo es un asco...
¡¡¡¡ No, el mundo no!!! El mundo está bien hecho, lo destrozamos nosotros.
Gracias Adrián por bajarnos a la realidad, hoy sí que es zona irredenta, más que nunca.
Claro que sí Amando, el mundo está hecho a la perfección, mantiene un equilibrio de constante inestabilidad compensada, somos nosotros los que hacemos mierda todo, acaso la pulsión tanática Freudiana nos lleve a ser los aseinos de todo lo que vive y muestros suicidas.
Lo que no entiendo porqué tanta crueldad con el prójimo...
Joder! con la especie, macho!
Claro que sí Amando, el mundo está hecho a la perfección, mantiene un equilibrio de constante inestabilidad compensada, somos nosotros los que hacemos mierda todo, acaso la pulsión tanática Freudiana nos lleve a ser los aseinos de todo lo que vive y muestros suicidas.
Lo que no entiendo porqué tanta crueldad con el prójimo...
Joder! con la especie, macho!
caramba, me gustó mucho!
mordaz crítica social!
lembrou-me um poema do manuel bandeira!
nas terras brasilis
la realidad no es tan diferente!
abraços ternos!
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