A MODO DE UNA OCCIDENTALIZADA ORIENTACIÓN

Mixturando, eclécticamente, algunos preceptos extraídos de la Biblia y del calefón con 3 partes de Macedoniana porfía, un toque justo de inmersión Jungiana y 4 gotas de Xulsolariana elevación mas el sumo de todo un Lao Tsé en pleno. En epifánica unción, alzamos las copas con el genial brevaje e invitamos a
Tristán Tzara y Alfred Jarry para que nos acompañen a presentarnos con la misma interjección con que comenzara su parlamento el Père Ubú, a la sazón Roi, es decir:










BIENVENIDOS A LA NAVEGACIÓN







Alertamos a los atildados sobre la utilización de metáforas azarosas. Toda libre asociación es demostración de que existe el inconsciente; sobre él desligamos responsabilidades.







Invitamos a descabalgarnos del constante absoluto, las certezas irreversibles, la presunción de objetividad, las posturas a ultranza y los dogmatismos.







Sugerimos tratar de tolerar lo mejor posible el vacío existencial, el tembladeral de la duda, la desubicación de la contradicción, la subjetividad y la vulnerabilidad humanas, a sabiendas de que, aunque denunciemos con cierta queja, lo hacemos enmarcados por el amor y con un fuerte deseo libertario porque:











."...Tú y yo no somos dos mitades de una inútil batalla,/ ni siquiera dos caras acuñadas por la misma derrota,/sino tal vez una pequeña parte de algún huésped sin número y sin rostro, que aguarda en el umbral."







Olga Orozco







Corre sobre los muelles - Museo Salvaje - 1974 -











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jueves, 1 de enero de 2009

PARA MIRAR HACIA ARRIBA, TAMBIÉN, HAY QUE LEVANTAR LA CABEZA.

Aún poseo capacidad de asombro pues, a pesar de sabernos seres simbólicos y, por lo tanto, necesitados de mojones que señalen nuestro camino, me maravillo viendo como, inmerso en los aconteceres del minuto o de las horas y en génesis histórica, se suceden las imágenes de lo fasto a lo nefasto en viceversa porfía. Inmerso en un eterno segundo transcurre la agonía de la muerte en la quietud de la tierra y la inmediatez del fuego transfigurada en resurrección airada. Así se nos presenta el círculo inefable donde sucede la vida. La redondez eterna de la que, Mircea Eliade, nos contara tan instruido. Inexorablemente debemos fabularnos retornando, míticos y ancestrales, para insertar esa ejemplaridad en la esencia medular de la siguiente semilla. El verdadero tiempo es circular aunque, en apariencia occidental, simule ser el estiramiento de una recta al infinito. Mas que circular diría espiralado (nada se repite exactamente) pues en el momento exacto donde el cierre se consumaría, por extraño sortilegio y tridimensión inevitable, se produce el salto hacia un plano superior donde se redibuja el universo insondable de nuestro psiquismo. Así se transformó nuestro ayer en el día de hoy y la melancolía en la sonrisa. Inauguramos la alegría recibiendo a la esperanza. Nos colmamos de deseos y, repletos de ellos, regalamos a cada quién su exacta parte. Hoy pareciera el primer día de una nueva humanidad: un salto cualitativo hacia un porvenir iluminado. ¿Y como continuar con la vida, sino, entonces? Ya hemos brindado y con las sucesivas campanadas producido el giro en el abismo mítico de la existencia. Ojalá, como los ejemplares gemelos del Popol Vuh o el Ave Fénix, sepamos renacer, desde el infierno abrasador de nuestra contemporánea realidad, hacia una lumínica y mas justa humanidad. ___________________________________________________________________

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ah, hermoso, el tiempo espiralado... Nada se repite exacatamente... La melancolía de ayer se convierte en sonrisa...