A MODO DE UNA OCCIDENTALIZADA ORIENTACIÓN

Mixturando, eclécticamente, algunos preceptos extraídos de la Biblia y del calefón con 3 partes de Macedoniana porfía, un toque justo de inmersión Jungiana y 4 gotas de Xulsolariana elevación mas el sumo de todo un Lao Tsé en pleno. En epifánica unción, alzamos las copas con el genial brevaje e invitamos a
Tristán Tzara y Alfred Jarry para que nos acompañen a presentarnos con la misma interjección con que comenzara su parlamento el Père Ubú, a la sazón Roi, es decir:










BIENVENIDOS A LA NAVEGACIÓN







Alertamos a los atildados sobre la utilización de metáforas azarosas. Toda libre asociación es demostración de que existe el inconsciente; sobre él desligamos responsabilidades.







Invitamos a descabalgarnos del constante absoluto, las certezas irreversibles, la presunción de objetividad, las posturas a ultranza y los dogmatismos.







Sugerimos tratar de tolerar lo mejor posible el vacío existencial, el tembladeral de la duda, la desubicación de la contradicción, la subjetividad y la vulnerabilidad humanas, a sabiendas de que, aunque denunciemos con cierta queja, lo hacemos enmarcados por el amor y con un fuerte deseo libertario porque:











."...Tú y yo no somos dos mitades de una inútil batalla,/ ni siquiera dos caras acuñadas por la misma derrota,/sino tal vez una pequeña parte de algún huésped sin número y sin rostro, que aguarda en el umbral."







Olga Orozco







Corre sobre los muelles - Museo Salvaje - 1974 -











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lunes, 3 de enero de 2011

EL PORTUÑOL (Se viene)

http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/amalia_sato_sobre_portunhol_0_364163776.html

Portuñol como work in progress


“Mejor dicho: Portuñoles como words in progress” lleva de subtítulo este artículo en que la escritora e investigadora analiza el concepto desde la historia, la lingüística y el análisis literario.



Por AMALIA SATO

Etiquetado como: portunhol El atractivo término convoca, las conclusiones que suscita son polémicas: el portuñol es un verdadero work/word in progress en el imaginario cultural y la práctica de la enseñanza. En su acepción más primaria apunta a la noción de error, de mezcla, de interlingua que hay que borrar. Hasta tiene su día, el 13 de octubre, el Día del Portuñol, en recuerdo de una revuelta tupiniquim en 1302, contra la creciente influencia del español, en un jocoso site www.portunhol.ant.br, que no tiene desperdicio.



Diferente del fenómeno del spanglish –complejísimo en el marco de las políticas inmigratorias norteamericanas– el portuñol, al nacer del contacto entre pares, en una inmigración pareja, no masiva, de letrados y alfabetizados, no resulta execrado. ¿Acaso cumple con la simetría del ideal del bilingüe ambidextro que propiciaba el poeta argentino Néstor Perlongher?



En 2005 en la exposición titulada Portunhol, ideada por la artista conceptual Ivana Martínez Vollaro, en la Fundación Centro de Estudos Brasileiros, de la que participaron 122 artistas y laicos, la palabra que tanto escozor provoca a quienes aspiran a un bilingüismo con límites netos, resultó el detonante de un guiño bipartito, lanzado a un ping pong poético imprevisible.



Proponemos cinco posibles carriles para encauzar el resbaladizo concepto:



1) El portuñol despierta una memoria filológica instantánea



Como durante el reinado de Felipe II, Portugal era parte de España, para muchos el portugués es una variedad del español, y el gallego una covariedad del portugués. Tal es la afinidad entre las dos lenguas que hay una Associacao de Amizade Galiza Portugal, cuyo sueño reintegracionista es “habrá un día en que gallegos y portugueses hablarán la misma lengua”’. A propósito, como dato curioso y no menor, algunos gallegos exiliados por la diáspora de la Guerra Civil española se desempeñaron como traductores del portugués.



El error reactiva un vocabulario y estructuras olvidados, o reservados actualmente a la escritura culta del portugués. Con la vitalidad del proceso oral se llega a la resucitación de un galaico portugués, a una medievalización. Frente al diasistema gallego/luso/africano/brasileño, el español funciona como normativización, por sus estructuras más asentadas a partir de lo escrito. Habrá que evaluar los efectos en el actual portugués brasilero, pues a tal punto es potente la dinámica de su oralidad, que lo hablado y lo escrito corren por dos carriles independientes, al borde de la diglosia: la economía de pronombres en las respuestas, la mezcla de formas verbales en los tratamientos en todo el territorio central (SP, RJ, MG).



Conclusión: el portuñol puede ser tomado no como un fenómeno con efectos prospectivos, sino como un fenómeno medievalizante que reactiva el pasado con réplicas latentes ¡Hablan los trovadores en los errores!



2) El portuñol, fenómeno lingüístico estabilizado, de contacto entre lenguas



Donde hay contacto, hay contaminación, y salvo con Chile y Ecuador, Brasil tiene frontera con todos los países de Sudamérica. John Lipski es uno de los especialistas en el registro de estos hechos.



El portuñol riverense (también conocido como portuñol bayano), generado entre Rivera y Santana do Livramento, dos ciudades sin demarcación en la frontera uruguaya con Brasil es el más antiguo, y se remonta al siglo XVIII. Hay una literatura, hay un repertorio de canciones, y hasta un músico popular como Chito de Mello. En Bolivia, con la entrada en el siglo XIX de colonos brasileños por la explotación de caucho, nacieron lenguas de contacto, en Guayaramerin/Guajara Mirim, y en Villa Bella/Villa Murtinho. Otros casos: el portuñol leticiano de Colombia, el de Perú (Iñapari/Assis Brasil, Pucalipa/Boqueirao, Islandia/Benjamin Constant, Puerto Esperanza/Santa Rosa dos Purus), el de Venezuela (Santa Elena de Viarén/Paracaima).



Las mutuas interferencias se repiten en estas lenguas que se iniciaron como pidgin, y cuya vitalidad es mayor que aquella de los portuñoles ibéricos: el barraqueño, entre Barrancos (P) y Encinasola, pueblo de Huelva, o el mirandés, un “dialecto” del norte de Portugal, con mucho en común con el leonés y el aragonés.



Lenguas que fosilizaron sus simetrías y perduraron.



3) El portuñol salvaje, territorio de la acción poética.



Una poética sin lengua y con una escritura de invención personal, entroncada con el poeta argentino Néstor Perlongher, animador del Neobarroco/Neobarroso –portenhopaulistanotietepinheirosplatinoargentino, al decir de Haroldo de Campos– también agitador de las disidencias sexuales, agente de una lengua franca intelectual y universitaria, un exiliado de los 80. Su tono se invoca en las experiencias editoriales y literarias surgidas en medio de la crisis económica argentina del 2001, uno de cuyos efectos fue la fusión en una conciencia latinoamericana y la proliferación de experiencias rizomáticas.



Wilson Bueno, Douglas Diegues, y Yiyi Jambo y sus transdeliraciones, la primera editorial Cartonera de Paraguay inspirada en la precursora argentina Eloísa Cartonera, Cucurto, la revista ramona, Fabián Casas, la revista Kurupí. Y entre las autorizaciones invocadas: la relación entre Oliverio Girondo y Oswald de Andrade, o Guimarães Rosa y el enlace urobórico entre vanguardia y primitivismo.



Una marca fuerte de estos escritores y poetas es el uso del guaraní, con lo cual un programa literario, representativo del Mercosur, lo reinstala en un plano de igualdad, tal como lo estaba como “lengua del reino’’ en los inicios de la conquista portuguesa. En la ideología de este portuñol, la apropiación es legítima, no hay fronteras, la lengua errática repite la fagocitación barroca, tan cara a los concretos paulistas. Es la suya una poética del enchastre, de la desterritorialización, de una posible ilegibilidad a lo Joyce.



Quien dedica un seguimiento muy cuidadoso de estas líneas es el profesor Pablo Gasparini.



4) Portuñol, parte de la historia de los iletrados, aporte de la cultura de los africanos en América



Un paneo vertiginoso por cuatro siglos deparará sorpresas: comprobar que no todo se ordenó desde las metrópolis. La diáspora de cristianos nuevos a partir del siglo XVI en las naves portuguesas hacia los grandes imperios de Asia, con su límite en la misteriosa Pestaña del Mundo, como llamaban a Japón, y hacia Brasil, se enmarcó en un proceso globalizador tan inédito, que todavía el fado llora la pérdida de ese reino cuyos marineros eran arengados desde las proas con un “Buscad al Leviatán”.



Los pueblos ibéricos, agentes de la revolución mercantil, primera ruptura efectiva del feudalismo europeo, en un torbellino que continentalizaría dos lenguas, surcaron el planeta. De las islas Azores provenía buena parte de los pobladores de Brasil, que ya tenían una lengua isleña híbrida “crioula”, conformada por necesidad, improvisada y transmitida por generaciones.



Había creatividad, simplificación poética, capacidad metafórica y onomatopéyica en los “iletrados”. El lingüista alemán Rodolfo Lenz era un apasionado por el papiamento, el criollo-español de la isla de Curazao –derivado del portugués de los esclavos, así como lo era el habla con que en Surinam (Guayana Holandesa) se comunicaban los saramacanos (negros libres que se fugaban a los bosques). Si se agrega que la lengua general del Brasil durante la colonia fue hasta el siglo XVIII el tupi, empleado en la vida cotidiana hasta comienzos del siglo XIX, y que ahora sólo se conserva en el Amazonas, y este otro hecho: que el portugués era usado como lengua general en las costas de África y ya conformaba un habla criolla que se expandió a las colonias españolas, francesas e inglesas, o que los negros malés que llegaban a Bahía eran musulmanes letrados, el mapa adquiere una complejidad necesaria. Sin olvidar a Goa, la dorada capital del imperio portugués de Oriente en India durante los siglos XVI y XVII, donde también los cafres de Mozambique contribuyeron a un portugués crioulo. Y hay ejemplos de otros híbridos en todas las geografías, como el sabir, habla de la Edad Media que permitía la comunicación de cristianos, turcos y árabes; o el chinook, que comunicaba a ingleses y franceses con los habitantes de Alaska. Lenguas improvisadas sobre la marcha, ahora inasibles.



De manera que hubo, por cierto, portuñoles a lo largo de los siglos XVII y XVIII, cuando millones de africanos fueron traídos como esclavos a América. Ya en las costas de África había bilingüismo con los portugueses. El español del Caribe tiene influencia del portugués africano.



¿Y en el siglo XIX? Gran parte de la población negra rioplatense había venido huyendo de Brasil, muchos en la época rosista: habrá habido sin duda portuñol. A su vez algunos unitarios debieron exiliarse en Brasil, donde la temperatura les resultaba un mal mortífero (Florencio Varela, Juan Carlos Gómez, Gutiérrez) ¿qué vínculos, qué memorias? ¿Y antes en la Guerra da Cisplatina, la Guerra Rioplatense-Brasileña en la década de 1820, un conflicto que ocupó tres años por tierra y mar, cuando hasta hubo naves corsarias que partían de Patagonia contra naves esclavistas brasileras, qué registro de ese choque en la lengua, cuando ya cundían los insultos racistas? Y años más tarde en la guerra del Paraguay (1864-1870) ¿qué podemos llegar a imaginar del contacto y traslado y convivencia de esas masas de soldados y población, del choque de los ejércitos denominados cambás en la jerga paraguaya, por estar conformados por soldados negros, sometidos al exterminio dentro de un cínico programa de blanqueamiento, por parte del Imperio de Brasil y por parte del gobierno de Buenos Aires? Un panorama de tal agitación en esos crudelísimos tiempos que hasta se aliaron pueblos nativos (mbayás, caduveos, terenas y kinkinaos), azuzados contra los guaraníes de Paraguay, y fueron trasladados soldados paraguayos y niños y adolescentes, como esclavos a las fazendas de café paulistas.



Esta producción de lenguas en coyunturas tan particulares, de vertiginosa oralidad, bien merece más estudios. El filólogo Serafim da Silva Neto, muerto a los 43 años en su esplendor intelectual, es un nombre pionero clave para capturar estas dinámicas.



Y ahora el concepto más usual



5) El portuñol en la enseñanza de la lengua española



El de las clases de idioma, el que se explota en las publicidades en ese ejercicio del malentendido jocoso. En fin, el lenguaje rockero, mochilero, de turista, que contribuye a las filtraciones. Camufladas, van entrando expresiones en la conversación de todos los días: todo bien, cómo va, preconcepto, me cayó la ficha, se me hizo un blanco, en el día a día, curtir, día sí día no, más nada, más nadie, quebrar la muñeca, un beso/ otro, etc, etc. Y dicen que en el sur de Brasil algunos dicen vou ir.



Y sería una estadística interesante ver cuántos términos de la lengua portuguesa se incorporaron a través de las traducciones, saber cuánto confiaron los traductores en que la similitud fonética, el conocimiento sobre la otra cultura, permitirían abrir en la selva de las palabras nuevos senderos conceptuales. Revisar la producción entre fines de la década de los 30 y los 40, la época de gloria de la industria editorial argentina, cuando había programas de selección de autores, como la Biblioteca de Autores Brasileños traducidos al español, dirigida por Ricardo Levene. O las décadas del 60 y 70, cuando Santiago Kovadloff, Haydée Jofre Barroso, Juan García Gayo o Lorenzo Varela, se dedicaron sobre todo a la traducción de narrativa. Y la curiosidad de consignar que Mi planta de naranja lima de José Mauro de Vasconcellos, recomendado como lectura en las escuelas, convirtió a este autor en el más popular y conocido en un momento.



Además de historia, literatura y lingüística, las lenguas son gesto, tono y contexto, y sin duda la movilidad y ductilidad del contacto entre español y portugués provocarán sutilísimos cambios y variantes en un proceso imprevisible. ¿Y en nuestra loca carrera como profesores por eliminar las “contaminaciones”, no estaremos atrapados en un efecto no ajeno a la globalización y los mercados: estabilizar un standard spanish y un standard portugués? ¿Y ese mar de posibilidades que es Internet, no estará generando nuevos pidgin como lo fue el sabir, la lengua franca que perduró desde las Cruzadas hasta el siglo XIX, entre todos los marineros que partían del Mediterráneo uniendo todos los océanos? Contactos y el planeta como un maravilloso laboratorio de idiomas, procesos complejos de los que enunciamos sólo algunos detalles.



Presentación compactada del trabajo expuesto en la mesa Narrativas Cruzadas, Congreso BRASA 2010, Brasilia.