THICK AS A BRICK
GRUESO COMO UN LADRILLO
Es un texto escrito, precisamente, en la fecha citada en el copete, en oportunidad de la caída de las Torres Gemelas y en medio de la guerra en Afganistán. Luego vino Irak y ahora Gaza. Lo he publicado hoy y aquí, por que me estuvo resonando con la chicharra interna del alerta rojo durante toda la mañana. Cuando correspondí a su llamado y abrí el archivo para releerlo me dí cuenta que guarda una patética analogía con lo que ocurre en Gaza, y lo narrado y sentido es totalmente aplicable a la actual circunstancia. Ahora el derrumbe no es vertical como en Nueva York sino horizontal, pero la suma de escombros, sangre, hierros, polvo... y el dolor de las familias, de los heridos y mutilados muy similar. Que quiero decir con esto, que para los que valoramos, con sentido de sacralidad a la vida, la nacionalidad, la raza, las diferencias ideológicas o los motivos que se argumenten, desaparecen del plano de lo entendible en cuanto ocurre la injuria a cualquier ser humano. Hasta ese momento soy escucha de cualquier argumentación, luego no hay dios con que se justifique ningún tormento. Me opongo, definitivamente, a ello.
Por cierto lo que más me aterra es la vigencia que tiene este texto con 7 años de distancia. Poco caminamos y, la verdad, es que no sé hacia donde.
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