martes, 30 de diciembre de 2008
" TU ELIGES, SIEMPRE, ELIGES"
El dilema es serio y reviste gravedad, no veo una solución de corazón contento.
Siempre parches, malversadas verdades, adecuaciones de conformismo, excesivo gatopardismo.
Hay un punto de la presencia personal en que, los dueños de la decisión, exigen de tí una funcionalidad que hecha por tierra toda la ideología que hayas podido tener a pura conquista de tu arte con el esfuerzo personal.
Si tu obra tiene peso te lo harán saber con meridiana claridad: allí está la gloria sobreactuada o te ofrecerán, también, la ausencia y el vacío.
“Tu eliges, siempre, eliges” dice en los carteles del reclutamiento.
Es cierto, cualquier gesto humano importa una determinada ideología.
A eso nadie escapa. No te perdonarán. Todo está allí y es solo viento.
A mayor cultura lo verás con claridad.
Entonces, planteada está la alternativa: te sometes integrándote al Olimpo de los elegidos.
A la negra humareda de estiércol nausabundo, los mas bajos fermentos, la narcotización del narcicismo. - OH! Gran Maestro de la Orden de la Genialidad, todos te adoramos anestesiándote con los arrumacos del dinero, el regodeo momentáneo en el poder.
O decididamente te alejas, voluntaria o compulsivamente.
“Tu elijes, siempre, eliges” dice, escrito, en las puertas de la mensajería.
Eso reza, aunque sea una mentira.
Ya sabes que puedes discursear lo que te plazca y si pinta con mensura espiritual mejor!
Tendrás muchos adeptos, los más bellos aplausos.
Pero en el espejo cotidiano donde limpias tus membranas sabrás que, hipócrita, te has transformado en otro fausto. De los tantos: uno más.
Ah! Si, claro que la cultura modifica, ¡Y cómo!
Precisamente por eso has llegado al punto de toparte al paredón e irte en el enroque (a tu exitosa diestra) o sino a la esquina de regreso y tu caída (a la siniestra).
“Tu eliges, siempre eliges” rezan los carteles de la comisaría.
Los más optan por seguir, total. ¿A quién le importa?
Mas vale mierda adinerada que indigencia soslayada.
Otros, los menos, al ostracismo del retiro llevándose la llama inapagada.
No son tiempos para andar con humanistas pretensiones.
Allí afuera, presto el cuchillo, afilado, para el desolle perfecto.
Suertudos los que alcanzan una acción sin retorcer, un ápice, la idea; sin negociar un vocablo.
¡Joder, qué envidia!
Son los menos... pocos, muy pocos. Contados con los dedos de mi brazo manco.
Igual por mucho espacio que consigas, a la hora de la hora que es ahora, los que deciden con la muerte, llenando a Gaza con metralla, perdonen la palabra y la crudeza, se siguen cagando en los humanos y en la putísima cultura que tengamos.
Pero date por contento: “Tu eliges, siempre, eliges”
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3 comentarios:
Sabés porque ahcen esto los hijos de puta porque despues viene el neegro y andá a saber si los apoya como hiso Bush, no viste que dijo que estaba bien que se defendían de los misiles de los árabes...dale cuantos judios murieron con los misiles?
José Villegas
Flaco, traidor! Así que colgaste los pinceles y te paaste l bando de los maricones...mándá!!!
que era mas sucia la pintura?
ahora sos bacán?
Eldibu Jante JCE
igual te perdonamos porque te queremos, la flaca y yo.
Vos sí q elegiste. Por lo menos no andar más con taxifletes de un lado a otro llevando cuadros..¡q piola!
Chuic!
La flaca pizzera
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