A MODO DE UNA OCCIDENTALIZADA ORIENTACIÓN

Mixturando, eclécticamente, algunos preceptos extraídos de la Biblia y del calefón con 3 partes de Macedoniana porfía, un toque justo de inmersión Jungiana y 4 gotas de Xulsolariana elevación mas el sumo de todo un Lao Tsé en pleno. En epifánica unción, alzamos las copas con el genial brevaje e invitamos a
Tristán Tzara y Alfred Jarry para que nos acompañen a presentarnos con la misma interjección con que comenzara su parlamento el Père Ubú, a la sazón Roi, es decir:










BIENVENIDOS A LA NAVEGACIÓN







Alertamos a los atildados sobre la utilización de metáforas azarosas. Toda libre asociación es demostración de que existe el inconsciente; sobre él desligamos responsabilidades.







Invitamos a descabalgarnos del constante absoluto, las certezas irreversibles, la presunción de objetividad, las posturas a ultranza y los dogmatismos.







Sugerimos tratar de tolerar lo mejor posible el vacío existencial, el tembladeral de la duda, la desubicación de la contradicción, la subjetividad y la vulnerabilidad humanas, a sabiendas de que, aunque denunciemos con cierta queja, lo hacemos enmarcados por el amor y con un fuerte deseo libertario porque:











."...Tú y yo no somos dos mitades de una inútil batalla,/ ni siquiera dos caras acuñadas por la misma derrota,/sino tal vez una pequeña parte de algún huésped sin número y sin rostro, que aguarda en el umbral."







Olga Orozco







Corre sobre los muelles - Museo Salvaje - 1974 -











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martes, 12 de julio de 2011

LA MITAD

› Por Fito Páez *






Nunca Buenos Aires estuvo menos misteriosa que hoy. Nunca estuvo más lejos de ser esa ciudad deseada por todos. Hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos.






Aquí la mitad de los porteños prefiere seguir intentando resolver el mundo desde las mesas de los bares, los taxis, atontándose cada vez más con profetas del vacío disfrazados de entretenedores familiares televisivos porque “a la gente le gusta divertirse”, asistir a cualquier evento público a cambio de aparecer en una fotografía en revistas de ¿moda?, sentirse molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos, casi como si se hablara de “lo que no se puede nombrar” o pasar el día tuiteando estupideces que no le interesan a nadie. Mirar para otro lado si es necesario y afecta los intereses morales y económicos del jefe de la tribu y siempre, siempre hacer caso a lo que mandan Dios y las buenas costumbres.






Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”. Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.






No quiero eufemismos.






Buenos Aires quiere un gobierno de derechas. Pero de derechas con paperas. Simplones escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron: las riendas del dolor, la ignorancia y la hipocresía de este país. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing. Eso es lo que la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere para sí misma.






* Vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.







5 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Pensé en ti, Adrián, cuando supe de los resultados electorales en Buenos Aires. Al ver a Macri feliz y sonriente, supuse tu reacción. O quizá no acerté.
Efectivamente son malos tiempos para la lírica. Lo malo, lo peor, sin duda, es la máscara que esconden, la que, sin duda, sacarán en cualquier momento.

lobo rojo solitario dijo...

me llegó por varios lados y no lo había leído como dije en el TW fito es un referente y esta frustración y desencanto q expresa es el sentir de muchos de nosotros. creo q filmus y su equipo le escapan a la estrategia cdo hablan de igualdad. a los q votan a MM no les importa la igualdad ni la salud ni la educación pública. NO LA NECESITAN. es más mientras más desigual sea mejor pq ellos no necesitan equidad NECESITAN SIRVIENTES

Gaspard Pearlman dijo...

Supongo que a los que votan MM les importan los servicios públicos, dado que, si gana con un 60% como en 2007, no se puede suponer que el 60% de los porteños sean acaudalos burgueses de clase media-alta y alta que van lo privado.
No soy porteño (nadie es perfecto), pero si lo fuera votaría Pro en el ballotage.
Buena suerte, Adrián.

Adrian Dorado dijo...

por Daniel Kaminszczik

Sería ingenuo de parte de quien conozca mínimamente los rudimentos básicos de nuestra historia, buscar y rebuscar culpables y/o responsables de la impresionante derrota de ayer en las urnas porteñas únicamente en el propio espacio

Fue el puerto de Buenos Aires el que traicionó la Revolución de Mayo y, de no haber sido por las heroicas desobediencias de Belgrano y San Martín, hubiera terminado de un solo golpe con el sueño criollo de libertad e independencia y, desde entonces y hasta hoy, han operado en contra de todo intento popular en esa dirección.

Está claro que el tristemente célebre "mediopelo" siempre se ha mirado en el espejo de arriba e íntimamente alberga la esperanza de pertenecer, de ser aceptado en las alturas, de "salvarse", de salir del anonimato, de ser alguien, de figurar aunque sea un poco en el entramado de esa élite de "ciudadanos de primera" que los habitantes de la capital eternamente han pretendido ser.

También pecaríamos de naif si ignorásemos el daño causado por los recientes escándalos al interior del FPV (Shocklender, Rachid, etc.) o por el bombardeo de los medios concentrados que sin duda alteraron la intención de voto de importantes sectores medios pero: ¿perdimos sólo en esos sectores?...¿cuál fue la respuesta en los sectores populares de la ciudad, aquellos en que la necesidad y el abandono son algo así como el pan de cada día?

Es ahí donde deberíamos hacer hincapié al momento de analizar la bochornosa derrota de la víspera.

Ya va siendo hora de que la militancia porteña empiece a ver la realidad en lugar de sentarse a esperar que les llegue el turno en la lista de espera por el cargo.

Militar no es solamente arrear tropa a los actos, colocar banderas en lugares preferenciales y cantar cosignas al son de fanfarrias murgueras y al calor de la cerveza.

Militar es "embarrarse las patas" en el día a día, tener presencia en aquellos barrios y ser artífices de la organización popular que permita el efectivo ejercicio de los derechos que nacen de la necesidad, es ir Junto al Pueblo, ni adelante ni atrás, en la lucha cotidiana por el cambio profundo de la realidad de cada familia sin vivienda, de cada pibe sin escuela, de cada joven sin empleo.

Sólo sumergiéndose en esa lucha bien hasta el fondo, nuestros militantes y dirigentes lograrán alguna vez ser visualizados por el Pueblo porteño como interlocutores válidos capaces de transformar la adversa realidad que lo aqueja.

Sólo asumiendo ese deber como propio podremos jactarnos de ser verdaderos "soldados del Pingüino".

Entonces y sólo entonces podremos pensar en la posibilidad de recuperar Buenos Aires para el Proyecto Nacional y Popular.

http://www.agenciapacourondo.com.ar/militancia/4249-reflexion-del-dia-despues-por-daniel-kaminszczik.html

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Adrian Dorado dijo...

Si Amando, no hay que olvidarse que Hitler tambien accedió al poder por la via de las urnas. No hay que confundirse, éstos son unos crápulas, mafiosos...en fin. Ahí estamos... yo con ganas de abandonar la ciudad está insoportable tan solo viajar de un lado a otro...

Caro Lobo así como ud. dice es pero no te olvides del componente medio pelo que solo les interesa la guita, bienestar viento de cola que favorece a Macri pero que es generado desde el gobierno central.
Eso del voto Macri en la ciudad y Cristina en el Central me parece de una hipocresía ideológica basoluta y sabes que es así en un alto porcentaje!!!
Abrazo a ambos